1.- SALUTACIÓN
Virgen del Carmen, queremos en estos días consagrados a tu honra y gloria, andar el
camino de la oración y reflexión para crecer en nuestra vida teologal con una meta: conocer,
amar y servir mejor a Jesús Redentor y a su Evangelio, siguiendo tu ejemplo de discípula
perfecta de tu Hijo.
Día a día queremos contemplarte en el misterio de Cristo y de la Iglesia. Desde la
experiencia espiritual del Carmelo, te contemplamos como Virgen orante, Virgen fiel y Virgen
servidora que acoge, medita, vive y proclama la Palabra de Dios. Eres Madre y Maestra de
vida espiritual que nos acompaña en el crecimiento de nuestra existencia cristiana, desde el
bautismo hasta la perfecta unión de amor con Dios en la vida eterna.
Rosa del Carmelo, que al leer el Evangelio y escuchar a Tu Hijo, podamos ser revestidos del
buen olor de Cristo en medio del mundo.
Estrella del mar, conduce nuestra barquilla en la noche oscura de la fe hacia las playas
resplandecientes del Reino de los Cielos; protege a nuestra gente de mar, marinos y
pescadores, en sus familias y trabajos.
Reina del Purgatorio y del Cielo que un día, contigo, gocemos de los frutos de la salvación
eterna que tu Hijo Jesucristo nos alcanzó con su muerte y resurrección y cuyos méritos
nosotros aplicamos por nuestros parientes amigos y bienhechores difuntos. Amén.
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