30 de marzo de 2010

SED MANSOS.-


Los mansos son moderados y templados en sus cosas; tienen
domada la ira, no son impetuosos, sino muy aplacados; son los
mansos personas dulces y no se oye palabra de amargura en su
boca; son blandos y no ásperos. Son buenos de corazón y no
maliciosos ni sospechosos de rencilla; todo lo tornan en benignidad
y bondad; son sanos y no podridos, y no solamente del ánima, mas
aun del cuerpo; son los naturalmente mansos naturalmente sanos;
no provocan ni son provocados a mal, ni empecen ni son
empecidos; no tienen rencor con nadie; casi siempre están de su
ser; no son de ligero movibles; dan casi siempre lugar al mal;
disimulan muchas cosas; son de ligero corregibles; no resisten
aunque sepan recibir el golpe con llagas; no son heridos; no se
entristecen, mas en todo se alegran; son muy tratables y muy llanos,
hombres sencillos sin algún doblez; todo lo que tienen muestran
casi en el rostro; son llenos de clemencia y de paciencia; son nobles
de condición, bien partidos en lo que tienen. Finalmente, los mansos
parecen más verdaderamente hombres que los que no lo son,
porque el hombre, según dice el Sabio, es animal de su naturaleza
manso, según lo muestra su figura, y los hombres bravos parece
que se han tornado bestias fieras, sin misericordia ni condiciones de
hombres.

Francisco de Osuna
1492 - 1541
TERCER ABECEDARIO ESPIRITUAL

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