17 de noviembre de 2009

QUE NO DEJE, SEÑOR


Un vaso de agua gratis,
dos minutos ayudando a atravesar la calle,
esas tardes con grupos marginales,
unas horas escuchando soledades,
una compra menos...
Esas cosas chiquitas
no acaban con la pobreza,
no sacan del subdesarrollo,
no reparten los bienes,
no socializan los medios de producción,
no expolian las cuevas de Alí Babá,
no invierten el orden, no cambian las leyes...
Pero desencadenan la alegría de hacer
y mantienen vivo el rescoldo
de Tu querer y nuestro deber.
Al fin y al cabo,
actuar sobre la realidad, y cambiarla
aunque sea un poquito,
es la única manera de mostrar
que la realidad es transformable.
Señor de la historia y de la vida,
no sea yo quien menosprecie
y deje sin hacer las cosas pequeñas
de cada día. (Ulibarri Fl)

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