6 de noviembre de 2009

EL PAN DE LA ALEGRIA



Dame un trozo de paz, Señor, un trozo
de alegría pequeña, unas migajas
luminosas de amor.

Hoy he llegado
hasta tu puerta al fin cansado y pobre
para pedirte luz, para pedirte
tu limosna de paz, de dicha grande
de que estamos tan faltos, (tan mendigo
yo mismo de amor y convivencia
al lado de otros pobres
que lo ignoran u olvidan que lo son
y que ahora suplican en mi verso).

Dame un trozo de sorpresa muy frágil.
Un cestillo de paz y de querencia
para volver de nuevo por mis pasos
e irles repartiendo a los hombres
pan y amor y alegría para poder buscarte


V. Arteaga

No hay comentarios:

Publicar un comentario