Me juego
la vida al tratar al alumno que no soporto
me juego
la vida en las horas de soledad muda
me la
juego en la oración sin eco,
cuando me
muerdo la lengua para no herir
o cuando
necesito la paciencia que no tengo.
Me juego
la vida en la fidelidad más seca
me la
juego al darme cuando sé que no puedo esperar nada.
También
cuando amar es arriesgado, y amo
cuando
tengo sueños que no son míos
y cuando
no puedo evitar escandalizar.
Y me la
juego porque no sé vivir de otra manera
porque
voy aprendiendo que sólo arriesgando
en los
momentos más oscuros, cuando no hay donde agarrarse
puedo
acoger lo que se me regala…Tú Señor en Cuerpo y Alma.
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