24 de junio de 2012
Acéptame, Señor, cógeme este rato; y que se lleve el olvido los días huérfanos que pasé sin ti. Tiende este momentillo mío, descansadamente, en tu falda y tenlo bajo tu luz. He vagado persiguiendo voces que me atraían, pero que no llevaron a ninguna parte. ¡Déjame ahora que me siente tranquilo a escuchar tus palabras en el corazón de mi silencio! ¡No apartes tu cara de los oscuros secretos de mi alma, sino enciéndelos hasta consumirlos en tu fuego!(Tagore)
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