
Es de noche. Está oscuro y frío
tanto afuera como en mi interior.
Son tantas las dificultades, los fracasos...
Sólo apetece dormir, descansar,
dejar de relacionarme. Pero Tú insistes.
Y me pides que mantenga los ojos
y el corazón abiertos, capaces de seguir Tu luz
en medio de la noche oscura.
Dame un corazón acogedor,
capaz de dejarme tocar por Tu esperanza.
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