María; Tú eres una obra maestra de Dios. Ayúdanos a descubrir en los acontecimientos de cada jornada la presencia del Señor. Que no pretendamos esperar "al último momento" para ver a Dios.
En el amor: podemos ver a Dios
En el perdón: podemos tocar a Dios
En la amistad: podemos dar a Dios
En la fraternidad: podemos abrazar a Dios
En el trabajo: podemos colaborar con Dios
En la alegría: podemos ver sonreir a Dios
En la pena: podemos escuchar los sollozos de Dios.
Te pedimos, María, que intercedas ante el Padre para que en medio de tanto ruido podamos escuchar su Palabra y ver los rasgos de su presencia.
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