No le reces a Dios mirando al cielo...
¡Mira hacia adentro!
No busques a Dios lejos de ti,
sino en ti mismo...
No le pidas a Dios lo que te falta,
búscalo tú mismo
¡Y Dios lo buscará contigo!
porque ya te lo dio como promesa
y como meta para que tú lo alcances...
No reproches a Dios por tu desgracia, súfrela con Él,
y Él sufrirá contigo,
y si hay dos para el dolor, se sufre menos...
No le exijas a Dios que te gobierne
a golpe de milagros desde afuera,
gobiérnate tú mismo
con responsable libertad, amando,
y Dios te estará guiando...
desde adentro y sin que sepas cómo...
No le pidas a Dios que te responda cuando tú le hablas,
¡Respóndele tú!
porque Él te habló primero...
y si quieres seguir oyendo lo que falta
escucha lo que ya te dijo...
No le pidas a Dios que te libere
desconociendo la libertad que ya te dio...
¡Anímate a vivir tu libertad!
y sabrás que sólo fue posible,
porque tu Dios te quiere libre.
No le pidas a Dios que te ame
mientras tengas miedo de amar
y de saberte amado.
Ámalo tú...y sabrás que si hay calor.
es porque hubo fuego...
y que si tú puedes amar...
es porque Él te amó primero...
Autor: San Agustín
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